Recomendaciones básicas para las familias

Es muy importante tener un diagnóstico preciso y ajustado y para ello, debéis solicitar una evaluación integral del niño, que debe contemplar:

    1. Una evaluación psicológica y neuropsicológica: funcionamiento cognitivo/intelectual, desarrollo de las funciones básicas (motricidad, viso espacial, lenguaje, memoria, atención, funciones ejecutivas y cognición social), aprendizajes instrumentales (lectura, escritura y matemáticas) y funcionamiento social y emocional.
    2. Valoración neurológica.
    3. Para comprender las habilidades/dificultades de vuestro hijo/a y conocer cómo poder ayudarle, es muy recomendable formarse y adquirir conocimientos sobre el TANV .
    4. Hay que informarse y solicitar  las valoraciones necesarias en el centro escolar (consideración de Alumno con Necesidades Educativas Especiales, adaptaciones curriculares, apoyos y becas)
    5. En los servicios sociales, Centros Base o similares,  solicitar el reconocimiento de discapacidad y ayudas a la dependencia.

5. Se deben ajustar  las expectativas respecto a la evolución escolar y social. El TANV no es una enfermedad y, por lo tanto, “no se cura”. Algunas de las dificultades tienen un carácter crónico y persistente, pero siempre existe posibilidad de mejora.

6. Es prioritario iniciar, lo antes posible, el tratamiento especializado del niño/a. Las posibilidades de mejora son mayores en la infancia por la mayor plasticidad del cerebro.

7. Es fundamental hablar y dotar de información a todos los profesionales que tienen relación con su hijo/a (profesores, monitores, entrenadores, etc.) para que le puedan ofrecer las ayudas necesarias.

8. Priorizad siempre  el desarrollo de la competencia social y el bienestar emocional por encima del rendimiento y calificaciones escolares. Fomentar su participación en actividades sociales (grupos de ocio, campamentos y actividades extraescolares, etc.) y estar atentos a cualquier signo de malestar emocional.

9. El rendimiento escolar en la etapa de Primaria puede ser positivo por el buen desarrollo de habilidades lingüísticas, pero no lo toméis como único “termómetro” del desarrollo del niño. El gran desafío para las personas con TANV es la adolescencia por la mayor complejidad de las actividades escolares y por las relaciones sociales.

10. No queráis anticipar cómo será vuestro  hijo/a el día de mañana, trasladando las dificultades actuales a cómo será su día a día en el futuro. Hay que ir  paso a paso, curso a curso.

11. Hablad con naturalidad con su hijo/a sobre sus dificultades. Así sentirá que sus padres le comprenden y le ayudará en su autoconocimiento que es muy importante para su autonomía personal. 

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